Yi Jing: Oráculo chino interpretado
- Yi Jing Orienta
- Yi Jing: Oráculo chino interpretado
YI JING
ORÁCULO CHINO INTERPRETADO
Elisabete Araujo Leonetti
Florianópolis, 2011
Dedico esta obra à minha filha Clarissa,
con todo mi amor.
AGRADECIMIENTOS
Muchas personas, a lo largo de los años, contribuyeron a que este libro fuera ideado y concretado.
De ellas, ninguna ha sido o es más actuante e influyente que mi amigo Jorge Vulibrun, que repetidas veces, a lo largo de décadas, desde mis 21 años, se sentó a discutir el Yi Jing conmigo, comentar consultas, estudiar los conceptos del libro y el significado y estructura de los hexagramas. Y me regaló varias versiones y traducciones del libro. En varias ocasiones él organizó grupos de estudio del Yi Jing, reuniendo a personas que, como nosotros, tenían la curiosidad por el oráculo, se sentían fascinadas por la posibilidad de un libro, escrito hace miles de años, poder dar la respuesta pertinente a las dudas de cada uno, hoy.
Coronando su intenso y extenso estudio del Yi Jing, Jorge aprendió chino y produjo una nueva traducción del texto original oracular, y fue en esta traducción que apoyé mi interpretación porque, sin una sombra de duda, proporciona una mayor coherencia con los significados del dibujo de las líneas y con todo el simbolismo del Yi Jing que todas las otras traducciones que conozco.
A Jorge, por lo que me enseñó, por el estímulo y, principalmente y especialmente por la amistad y el compañerismo, mi gran agradecimiento.
Y a quien más está de mi lado en esta vida, siempre interesada, siempre apoyando y completando todos los momentos de investigación, de duda, de satisfacción, de prisa de terminar el trabajo, mi hija Clarissa Araujo Cassol, mi mayor incentivadora y asidua usuaria de mi interpretación del Yi Jing, mi agradecimiento profundo.
Agradezco a mi madre, Layr Joselita Araujo Leonetti, siempre comprendiendo y valorando mi esfuerzo en la elaboración de este libro.
Mis hermanas Helena y Suzana, mis hermanos Pedro Pablo y Carlos Araujo Leonetti, cada uno de ellos tiene su papel en mi trayectoria.
Mi hermano Pedro Pablo introdujo el Yi Jing en mi vida, regalándome un ejemplar del libro cuando yo tenía 19 años. Algunos años después Helena me regaló el Yi Jing de la famosa traducción e interpretación de Richard Wilhem, del que me utilizaba preferentemente hasta que mi propia interpretación hubiera quedado lista.
Mi tía Lucinda Maria Araujo de Oliveira siempre valoró mis investigaciones a través del Yi Jing y las enseñanzas del libro. Mi tía Lia Dalva Araujo Porto siempre me dio fuerza en todo. Mi prima Kátia Bittencourt Borges, abrió las puertas de su escuela para que pudiéramos allí reunirnos para estudiar el Yi Jing.
Y, finalmente, mis queridos amigos, el "Grupo del I Ching", aquel grupo que se reunió todos los miércoles a las 7 de la noche, del 5 de septiembre de 1995 al 4 de diciembre de 2002, en las dependencias de la Escuela de la Playa de Riso, en Coqueiros, Florianópolis, para, bajo la dirección de Jorge, leer y discutir, línea por línea, hexagrama por hexagrama, desde el 1° hasta el 64º, siempre con interés y ánimo. Mis amigos Maria de Fátima Ferreira, Nilce Maria Pereira, José Augusto de Carvalho Rosa, Norberto Lucio Rozenfeld y, más una vez, Jorge: es muy bueno tenerlos, muchas gracias por haber estado juntos. Jamás olvidaré de los chopes y pizzas, “caipirinhas” y camarones a la milanesa entremezclados en las mutaciones del yin y del yang.
PREFACIO
La intención de un oráculo es orientar a las personas que lo buscan, proporcionándoles un conocimiento que ellas desean y no poseen, sea porque ese conocimiento está oculto detrás del velo de las apariencias de la realidad, sea porque todavía está envuelto en los pliegues de las semillas del futuro.
La intención del Yi Jing, como oráculo, no es, sin embargo, desvelar ante el consultante un futuro claro y definido, o un destino inexorable: lo que hace es mostrar el rumbo que los acontecimientos tienden a tomar, partiendo de la posición actual de las personas y cosas implicadas, y, por lo general, incluyendo si ciertos ajustes son hechos, o no, en ellos. El Yi Jing no ignora el libre albedrío humano: son las decisiones y acciones de las personas, a su vez influenciadas por los cambios en el medio externo, que definirán, entre las posibilidades existentes, cuál de ellas se va a realizar. El papel del Yi Jing, como oráculo, es, por lo tanto, más de revelación y orientación que de previsión, aunque, al orientar, él indique el probable resultado de la persona hacer esto o aquello. Así, en términos de previsión, el Yi Jing no revela el futuro ni directa ni claramente, porque siempre deja espacio para el libre albedrío. Pero, en términos de revelación de la verdad latente en la realidad presente, es muy eficaz.
Las personas buscan los oráculos con la intención de saber a qué verdad deben atenerse en una determinada situación. Los oráculos son otro medio de que se sirven para mitigar su ignorancia y consecuentes dudas, buscando siempre acertar, o errar lo mínimo posible, o sufrir lo mínimo posible.
Cuando empecé a consultar a Yi Jing, no entendía sus respuestas. Por eso quedaba confusa y, a veces, tomaba el camino opuesto al que sería el más acertado. No podía ver lo que él me mostraba, la verdad subyacente a las circunstancias internas o externas a mí, previniéndome contra acciones o situaciones negativas. Mi intención, al hacer una interpretación de los enunciados del Yi Jing, es simplemente entenderlo.
No tengo la intención de hacer un estudio técnico, histórico o filosófico del Yi Jing, como hace, de forma magistral, Jorge Vulibrun. Hay excelentes y numerosos tratados sobre esto, de los cuales conozco algunos. Mi enfoque es eminentemente práctico, para el uso del Yi Jing como oráculo, y solamente eso. No obstante, el caudal de sabiduría, historia, filosofía, etc., que el Yi Jing carga en sus enunciados, inevitablemente estuvo presente en mi mente cuando elabore las interpretaciones.
Este libro tardó 15 años siendo redactado. Es un intento bien intencionado de evitar el mal de la desorientación para algunos de aquellos que, de aquí en adelante, vengan a consultarlo. ¡Que encuentren la orientación esperada y tengan la sabiduría de seguirla!
INSTRUCCIONES
CÓMO CONSULTAR
Estando el Yi Jing estructurado en 64 hexagramas, y siendo los hexagramas dibujos de 6 líneas cada uno, abiertas o cerradas, ordenadas de abajo hacia arriba, el primer paso del proceso de consulta, después de la formulación de la cuestión o pregunta, consiste en determinar 6 líneas para formar un hexagrama para leer, como respuesta a la pregunta formulada. Este hexagrama, si contiene alguna línea mutante, generará un segundo hexagrama, llamado hexagrama derivado, porque deriva del primero. Tanto el primero como el segundo hexagramas, y las líneas mutantes, o móviles, componen la respuesta oracular. No habiendo líneas mutantes, no habrá líneas a leer, ni segundo hexagrama.
Las líneas reciben, tradicionalmente, los números 6, 7, 8 y 9.
Las líneas de nº 6 y 8 son abiertas: —— ——
Las líneas de nº 7 y 9 son cerradas: —————
Las líneas de nº 7 y 8 no cambian, son fijas.
Las líneas de números 6 y 9 son mutantes: se transforman en su contrario, formando el dibujo de un segundo hexagrama. Las líneas de nº 6 se presentan en la composición del primer hexagrama como abiertas y, en el segundo, como cerradas. Las líneas de nº 9 figuran cerradas - o enteras - en el primer hexagrama, y abiertas - o partidas - en el segundo.
A medida que se van obteniendo las líneas, por uno de los métodos descritos a continuación - o aún otros - se las va dibujando, de abajo hacia arriba, con el número correspondiente al lado, con el objetivo de saber cuáles son las mutantes, que deben leerse, y después cambiadas.
Ejemplo: secuencia '7', '7', '9', '8', '8', '6'.
Líneas | 1.º hexagrama | 2.º hexagrama |
---|---|---|
6.ª línea 6 5.ª línea 8 4.ª línea 8 3.ª línea 9 2.ª línea 7 1.ª línea 7 |
—— —— —— —— —— —— ————— ————— ————— |
————— —— —— —— —— —— —— ————— ————— |
De esa respuesta se deberían leer, del primer hexagrama, las partes generales y las líneas 3 y 6. Del segundo hexagrama, sólo las partes generales.
Las partes generales no componen el diseño del hexagrama, y son el Nombre, el Dictamen y la Imagen.
Cada hexagrama es tradicionalmente dividido en dos trigramas, el inferior y el superior, compuestos, respectivamente, por las tres líneas de abajo y por las tres líneas de arriba del hexagrama. La forma más práctica de localizar el número de un hexagrama es a través de la unión de los trigramas, en una tabla del tipo de la presentada después de esta introducción.
Método de las cartas de la baraja
Este método me fue enseñado por Jorge Vulibrun, que pasó a adoptarlo por ser el sistema que reproduce las probabilidades del método de las varillas, que fue usado primitivamente por los consultores, en China.
De una baraja cualquiera, se separan 2 cartas de corazones, 6 cartas de diamantes, 10 cartas de tréboles y 14 cartas de picas (13 más un comodín). Para la obtención de cada línea del hexagrama, se barajan las cartas y se tira una del montón, sin elegirla. La correspondencia entre los naipes y los tipos de línea es la siguiente:
Corazones corresponden a una línea abierta mudable, línea de nº 6.
Diamantes corresponden a una línea cerrada mudable, línea de nº 9.
Tréboles corresponden a una línea cerrada que no cambia, línea de nº 7.
Picas (incluyendo el comodín) corresponden a una línea abierta que no cambia, línea de nº 8.
En lugar de cartas de barajas, la persona puede utilizar también tarjetas fáciles de manejar, de cuatro colores, rojos, verdes, azules y blancos, por ejemplo. Lo importante es respetar la correspondencia entre el número de tarjetas de cada color y los tipos de línea, a fin de no alterar la probabilidad de salir de cada tipo de línea, ya que esta probabilidad es la fijada por la tradición, a través del más antiguo de los métodos de consulta, el de las varillas.
El método de las cartas es uno de los más recientes de todos, habiéndose originado en la década de 1980, a partir de la aplicación de la ciencia estadística a la consulta al Yi Jing.
Método de las monedas
Se toman tres monedas pequeñas e iguales. A uno de los lados de las monedas se asigna el valor 2 y al otro el valor 3. Con las manos se sacuden las monedas y se las arrojan sobre una superficie plana. Cuando se detienen, se cuentan los números de las caras que cayeron hacia arriba, sumando el total de puntos, que sólo podrá ser 6, 7, 8 o 9. El resultado de la primera jugada indica la línea inferior del hexagrama de la respuesta; el de la segunda jugada, indica la segunda línea de abajo hacia arriba, y así sucesivamente, hasta la sexta.
Al lado de cada línea obtenida, el consultante escribe el número a partir del cual se originó. Si hay líneas de número 6 o 9, líneas mutantes, por lo tanto, se debe dibujar el hexagrama derivado de la mutación de ellas, que pasa a formar parte de la respuesta.
El método de las monedas es bastante antiguo, y muy simple de ejecutar.
Método de las varillas
Se toman cincuenta varillas de aproximadamente 40 centímetros de longitud. Tradicionalmente esas varillas eran de la planta Achillea millefolium, también llamada mil hojas, o mil-en-rama.
De las cincuenta varitas se quita una, que no participa más de la manipulación, quedando el consultante con cuarenta y nueve vástagos.
Se dividen los cuarenta y nueve vástagos rápida y aleatoriamente en dos montes, colocándolos uno al lado del otro.
El consultante procede a tres manipulaciones de las cuarenta y nueve varillas para la obtención de cada línea del hexagrama de la respuesta. Repetir seis veces las tres manipulaciones para obtener las seis líneas del hexagrama de la respuesta. En total son dieciocho manipulaciones.
1.ª manipulación:
Del monte de la derecha el consultante retira una varita y la coloca entre los dedos mínimo y anular, de su mano izquierda.
Se separan las varitas del monte de la izquierda, de cuatro en cuatro, hasta que queden cuatro o menos. El consultante coloca estas varitas restantes entre los dedos anular y medio de su mano izquierda.
Se separan las varitas del monte de la derecha, de cuatro en cuatro, hasta que queden cuatro o menos. El consultante coloca estas varitas restantes entre los dedos medio y el indicador de su mano izquierda.
Ahora el consultante suma todas las varitas conservadas en su mano izquierda, obteniendo un total de cinco o de nueve. Si el total es cinco, le asigna el valor 3; si el total es nueve, el valor asignado es 2. Es conveniente anotar ese valor, para no olvidarlo ni confundirlo.
Se dejan esas varitas de lado.
2.ª manipulación:
Los dos montes de varitas restantes se juntan en uno solo y éste es, de nuevo, y sin reflexión, dividido en dos.
Del monte de la izquierda se separan las varitas, de cuatro en cuatro, hasta que sólo queden cuatro o menos. El consultante coloca las varitas que sobraron entre el dedo anular y el dedo medio de su mano izquierda.
Del monte de la derecha se separan las varitas, de cuatro en cuatro, hasta que sólo queden cuatro o menos. El consultante coloca las varillas que sobraron entre los dedos medio y el indicador de su mano izquierda.
Se suman las varitas de los dos grupos conservados en la mano izquierda, y el resultado será ocho o cuatro. Si el total es ocho, el consultante le asigna el valor 3. Si el total es cuatro, el valor asignado será 2. De nuevo, es bueno anotar el valor obtenido.
También se dejan esas varitas de lado.
3.ª manipulación:
Los dos montes de varitas restantes se reúnen y después se separan, y se repite todo el proceso de la segunda manipulación, hasta que se tenga una vez más el valor 3 o 2.
Formación de la línea:
Se suman los valores finales de las tres manipulaciones, y se obtiene un resultado igual a 6, 7, 8 o 9, que indica el tipo de línea que debe ser dibujada.
Después de la formación de cada línea, se reúnen las cuarenta y nueve varitas y se reinicia el proceso de las manipulaciones, hasta que se tengan las seis líneas formadas.
El consultante escribe, al lado de cada línea, el valor numérico que la originó. Si, en el hexagrama formado, hay líneas de número 6 o 9, líneas mutantes, el consultante debe efectuar su mutación a fin de obtener el segundo hexagrama, que también pasa a formar parte de la respuesta.
El método de las varitas es el más antiguo después del método de provocar grietas en los cascos de las tortugas (o quizás se examinaban las hendiduras formadas naturalmente). Es también el más complejo y demorado.
Dividem-se as quarenta e nove hastes rapidamente em dois montes, colocando-os um ao lado do outro.
Cómo entender la resposta
Una vez formulada la pregunta - o propuesta la cuestión al oráculo - preferiblemente por escrito, de la forma más objetiva y clara posible, se realiza la consulta a través de uno de los métodos disponibles, a saber, de las varetas, de las monedas, de las cartas de baraja u otro, y obtenido uno o dos hexagramas como respuesta, llega el momento de leer la respuesta - hexagramas y líneas mutantes - y entendiéndola, aplicarla al caso específico de la consulta.
El objeto de la consulta es justamente el asunto de la pregunta o cuestión. Indica cuál es la preocupación del consultante, la duda o incertidumbre que él quiere aclarar, la explicación que él desea obtener. La pregunta genera la respuesta. Una pregunta específica generará una respuesta igualmente específica para ese caso. Una pregunta muy amplia, o la ausencia de pregunta - el jugar en blanco - generará respuestas tal vez tan amplias que el consultante puede tener dificultades para encajarla en su situación personal, como para aplicarla a algo en particular. Las preguntas con dos o más hipótesis posibles hacen confusa la respuesta, pues puede que no se sepa a cuál de las hipótesis se refiere la respuesta. Lo mejor es formular preguntas sin alternativas, haciendo tantas consultas como sea necesario para aclarar un asunto. En cualquier caso, no debemos olvidar que el oráculo revela, de una realidad, lo que sabemos y lo que no sabemos, aquello que no vemos, pero que está allí, latente, e influenciando la situación. Así, al no entender una respuesta, recordemos de conectarla a la pregunta y avistar la posibilidad de que la realidad de la cuestión no sea exactamente la que imaginábamos. Aún puede ocurrir que se pregunte una cosa y el Yi Jing responda otra, que, aunque no formulada, es la cuestión más importante en el momento, que debe ser resuelta prioritariamente. Y conviene observar que, si para un asunto negativo, obtenemos una previsión positiva, eso significa un desarrollo de lo negativo, significa que el mal tiende a progresar.
Definido el objeto de la consulta, dos elementos fundamentales deben ser tenidos en cuenta para la interpretación de la respuesta: la situación actual del sujeto de la consulta frente a aquel asunto, y las personas involucradas en la cuestión, con sus respectivas posiciones frente al asunto.
El sujeto de la consulta es la persona sobre quién se hace la consulta; puede ser el propio consultante o no. Generalmente, una parte de la respuesta es la descripción de la situación del sujeto de la consulta. Por ejemplo, si el sujeto está vacilante, inseguro, sobre el asunto de la consulta, y el Yi Jing da una línea donde la tónica es la indecisión y el miedo, probablemente está, en esa línea, sólo reflejando la situación del sujeto, no tratándose de una previsión.
De la misma manera, muchas veces una parte de la respuesta se refiere al sujeto de la consulta y otra parte se refiere a quien interactúa con él, las personas involucradas en la situación o que serán alcanzadas por la acción que se pretende realizar o ver acontecer. Habiendo varias líneas mutantes, y habiendo varias personas involucradas en la cuestión, cada línea, probablemente, dice algo sobre cada una de esas personas. Algunas indicaciones de las líneas pueden ayudar a identificar de quién se trata, y normalmente no es muy difícil saber qué línea describe nuestro propio comportamiento y qué línea habla del otro: lo difícil es aceptarlo.
Al leer la respuesta, la secuencia correcta es la siguiente: El consultante debe comenzar por el primer hexagrama obtenido y leer de él: el nombre, que es muy importante porque da la característica principal de la situación; el Dictamen, que da el panorama general de la situación como un todo; la Imagen, que da los consejos básicos para quien se encuentra en esa situación; y las líneas mutantes (las que salieron con números 6 o 9), que proporcionan explicaciones, alertas, recomendaciones, tendencias o previsiones específicas para los diversos aspectos de la realidad enfocada o para las varias personas cubiertas por la cuestión. Por último, debe verificar cuál es el hexagrama derivado de la mutación de las líneas mutantes obtenidas y leer, de ese segundo hexagrama, sólo el Juicio y la Imagen. El segundo hexagrama complementa la respuesta, generalmente presentando un cuadro amplio del desenlace, de los resultados, de las consecuencias, de lo que resultará, en fin, de los movimientos presentados por el primer hexagrama.
Al hablar del segundo hexagrama obtenido, se tiene que considerar el factor tiempo, tiempo a que se refiere la respuesta. El tiempo de respuesta se define por el tiempo a que se refiere la pregunta. No hay, en la lengua china, declinación temporal para los verbos, por lo tanto, es el consultante que, a través de la cuestión formulada, determina la época a que se refieren los enunciados del oráculo: el texto original del Yi Jing en general no indica pasado, presente o futuro. Así, si la consulta versa sobre un asunto del presente, lo más común es que el primer hexagrama muestre la situación actual y el segundo muestre el probable futuro de esa situación, o el futuro posicionamiento del sujeto de la consulta, frente al asunto. Pero también puede ocurrir que los dos expliquen el presente, dando informaciones sobre diversos aspectos de la cuestión, por ejemplo. Si, sin embargo, la pregunta indaga sobre las causas de una determinada situación del presente, y se obtienen dos hexagramas, es posible que uno explique la situación presente, y otro, sus causas, reportándose, por lo tanto, al pasado. Sólo el consultante es quien puede posicionar los hechos en el tiempo. Si la pregunta es todo sobre acontecimientos del pasado, obviamente algún elemento de la respuesta deberá remitir al pasado y, de la misma manera, si la pregunta está totalmente orientada hacia el futuro, se debe leer la respuesta como previsiones o consejos para el futuro. Nada de esto, sin embargo, es estrictamente así: puede suceder, por ejemplo, que en una pregunta sobre el futuro la persona reciba como respuesta recomendaciones claras para ocuparse de algún aspecto del presente.
Si la persona obtuvo más de una línea mutante, los significados de las varias líneas no se entrecruzan. Cada línea tiene su significado, pudiendo mostrar otro lado de la cuestión, otra alternativa de acción o una acción complementaria, mostrar el punto de vista o la condición de los demás participantes de la situación, etc. Además de estos significados básicos, cada línea debe ser entendida según su propio modo, dictado por su contenido y por todo el contexto de la consulta. Así habrá líneas que deben ser entendidas como descripción de lo que sucede, otras como revelación, consejo, aviso, etc. En este libro no se hace ningún intento de interpretación apriorística de cruzamiento de líneas, pues eso, en mi entendimiento, proporcionaría más confusión que utilidad. Sin embargo, algunas consideraciones se pueden hacer. Por ejemplo: varias líneas móviles contradictorias entre sí pueden estar mostrando varios rumbos posibles de acción o las acciones de varias personas; las líneas complementarias entre sí pueden estar indicando una probable evolución o gradación del asunto, tanto en el tiempo y en la maduración; y líneas con contenidos diferentes pueden simplemente estar informando aspectos diferentes del asunto, o del comportamiento de las personas, según lo afirmado arriba.
Una cosa parece ser verdadera en cuanto a las líneas: si una o más líneas mutantes contradice lo que se dice en el Dictamen, el consultante debe entender el Dictamen como el telón de fondo general de la situación, y las líneas como la indicación de su situación específica en aquel panorama general; por lo tanto, debe prestar más atención a lo que dicen las líneas, y seguir las recomendaciones que ellas traen. Así, si el Dictamen presenta una perspectiva positiva, y la línea presenta una perspectiva negativa, significa que, aunque la situación es, en principio, buena, el sujeto de la consulta tiende a sufrir reveses o dificultades. Si, por el contrario, la línea es positiva, en contraposición a un cuadro general negativo, significa que el sujeto tiene condiciones de salirse bien, a pesar de las dificultades inherentes a la situación en que se encuentra. Cuál de las tendencias se va a concretizar depende, normalmente, de la actuación del sujeto de la consulta en su vida real.
En cuanto al contenido de la respuesta, como un todo, creo que, normalmente, el Yi Jing describe qué y cómo las cosas son, cómo el sujeto está actuando, y qué resultado tiende a llevar. En respuesta a peticiones de orientación, puede ocurrir, y frecuentemente ocurre, que el oráculo diga cómo las cosas deberían ser colocadas y cómo el sujeto debería actuar para alcanzar un determinado resultado. Pero, incluso en este tipo de cuestión, es usual venir, ante todo, un panorama de la situación real, presente, y luego la tendencia actual de evolución de los acontecimientos.
Y - es importante saber - en sus descripciones, panoramas, recogidos generales o indicaciones específicas, el Yi Jing raramente es neutro: generalmente él es crítico, juzga lo que está ocurriendo. Por eso mismo es que el enunciado declaratorio inicial se llama Dictamen. Los criterios del Yi Jing para evaluar una situación son muy particulares. El punto de referencia principal es la adecuación de las cosas con las exigencias y las posibilidades de las circunstancias en que se inscriben, del momento: cuanto más de acuerdo con el momento, más correctas son las cosas. Otro punto de referencia importantísimo es el comportamiento humano ideal: el más noble, el más sabio, el más equilibrado, el más sensato, el más educado, el menos arrogante, el menos terco, el menos bruto, entre otros, que exista, ese, es el comportamiento correcto. Al ser humano de comportamiento ideal - correcto, noble, justo, virtuoso, sensato, equilibrado, civilizado, etc. - es que se indica con la denominación de persona sabia, caballero o hombre superior.
También importantísimo es que el consultante lea el texto oracular original traducido - que, en este libro, viene en negrita, justo después del subtítulo Dictamen - antes de leer la interpretación que ofrezco después del enunciado; pues, al final, esas frases son, efectivamente, la respuesta del oráculo a su consulta. Muchas veces podrá entender directamente el mensaje contenida en los enunciados originales, sin precisar referirse a la interpretación. Otras veces no la comprenderá, porque el lenguaje oracular es, esencialmente, ambigua, enigmática y cifrada, a pesar de la excelente traducción hecha por Jorge Vulibrun. La traducción de Jorge Vulibrun, aquí utilizada, parte de las imágenes implícitas en los trazos del hexagrama y de su ideograma correspondiente, en chino. De ahí surge una idea coherente del rumbo de significación que los diversos enunciados de aquel hexagrama deben tomar, y cada enunciado - el Dictamen, la Imagen y las líneas - es traducido teniendo en cuenta las palabras y su sentido literal, y el contexto de la frase y del significado del hexagrama en la que se inserta el enunciado. Es tarea del consultante aplicar los enunciados oraculares a su caso específico, utilizando mis interpretaciones para ayudarle.
De todos modos, los consultantes siempre tienen que esforzarse para aplicar las respuestas a sus casos, ya sea entendiendo directamente los textos originales, ya sea usando las interpretaciones aquí propuestas, adaptándolas a sus condiciones particulares. El Yi Jing abarca una variedad y cantidad enorme de realidades, se aplica prácticamente a cualquier cosa que pueda ser respondida discursiva e representativamente y, por lo tanto, es natural que sus enunciados sean abiertos y generales. La interpretación que presento es también la más neutra posible.
Líneas y criterios de interpretación
En sus inicios, cuando sólo existían los riscos en los cascos de tortugas y los nombres de los dibujos así formados, con algunas indicaciones sumarias, el Yi Jing debía atender al hombre común y responder satisfactoriamente, por boca de los adivinos, a cuestiones de toda especie.
Al ser codificado por el Rey Wen y por su hijo, el Duque de Chou, alrededor de 1.100 a.C., según atestiguan los estudiosos, el texto oracular fue cristalizado, pero mantuvo la característica de ser abierto a múltiples interpretaciones, dependiendo del enfoque y del contexto debido a la ambigüedad y amplitud de sus sentencias. Como, por lo demás, conviene a los oráculos.
A partir de entonces comenzaron a manifestarse comentaristas del Yi Jing y la línea de interpretación que se ha solidificado desde los antiguos intérpretes chinos, entre los que destaca Confucio, en aproximadamente 500 a.C., hasta Richard Wilhem, alemán , a mediados del siglo XX, fue la de interpretación desde el punto de vista del estadista, del individuo participante del gobierno de una nación, que arma entendimientos políticos, otorga honores y privilegios, debela o insufla rebeliones, comanda o se compromete en revoluciones, y en el caso de que se trate de una persona que no sea de su familia, gobierna, lidera, levanta templos, hace alianzas, etc.
Se justifica tal dirección en épocas en que los libros eran escritos casi exclusivamente para los poseedores del poder, para una capa muy pequeña de la población que sabía leer y escribir y tenía tiempo para esto.
A lo largo de los siglos, el Yi Jing también ha interesado a los eruditos chinos que buscaron ver en él la línea del pensamiento filosófico existente atrás de las instrucciones prácticas que, como dije al principio, deben haber interesado en primer lugar al hombre común.
A partir del siglo XX dos caminos se mostraron como preferidos de los comentaristas: 1) el uso del Yi Jing como instrumento de auto-conocimiento, que va desde las reflexiones de Carl Gustav Jung, a las más arbitrarias y delirantes viajes mentales de comentaristas norteamericanos, brasileños y probablemente otros, que desconozco, los cuales, en medio de alguna interpretación correctamente basada en el texto oracular, plantean como "verdades" del Yi Jing creencias particulares suyas, algunas bien personales. Y 2) el uso del Yi Jing como oráculo de amplias aplicaciones, donde se destaca positivamente Jean-Philippe Shlumberger, francés, que, combinando análisis técnico con intuición interpretativa, realiza un trabajo de peso que se aproxima más al entendimiento puramente teórico que de la aplicabilidad a la vida práctica, que sería el uso del Yi Jing como consejero, principalmente para asuntos matrimoniales, amorosos.
Entre estos últimos hay trabajos más o menos serios, más o menos originales, más o menos buenos. Hay tantas ediciones en el mercado que citar algunas aquí sería, tal vez, insinuar una preferencia que no existe, porque ninguno ha llegado a proporcionarme una orientación clara y segura en cualquier asunto.
No como comentaristas, sino como traductores, se destacan Wilhem, ya citado, James Legge y John Blofeld, ingleses.
No son los únicos, pero son quizás los más serios traductores del Yi Jing directamente de la lengua china, y que presentaron trabajos confiables.
Más recientemente, Jorge Vulibrun, argentino radicado en Brasil y naturalizado brasileño, inconformado con las discrepancias encontradas entre las traducciones existentes, así como con la falta de sentido de muchas de las sentencias del Yi Jing, inició una investigación del significado literal de las palabras chinas que se utilizan en cada hexagrama, en el nombre y el texto.
El resultado de esta investigación fue una nueva traducción del Yi Jing, libre, en la medida de lo posible, de tendencias interpretativas. Fue esta traducción que adopté para la elaboración de mi libro de interpretación del Yi Jing. Aquí, por lo tanto, los textos oraculares son los originales chinos traducidos por Jorge, y su interpretación es mía.
Por increíble que parezca, el texto oracular, así depurado de siglos de indicaciones de los comentaristas sobre el sentido en que las palabras deberían ser tomadas, se hizo más accesible, adquirió, en muchos momentos, una claridad tal que permite el entendimiento directo. En otros momentos la complejidad de los conceptos abarcados por las palabras o el carácter enigmático de las frases no permiten una penetración tan rápida en el sentido.
De todos modos, la traducción de Jorge Vulibrun es, para mí, la más fiable de todas, por respetar sutiles diferencias entre las palabras y traducir por palabras portuguesas diferentes cosas que fueron nombradas por palabras diversas en chino, a pesar de que su significado sea tan parecido que pueda hasta ser confundido. Y también para construir en portugués, frases inteligibles, lógicamente aceptables, siempre que sea posible y apropiado, pero no hacerlo cuando esto implicaría un aumento o disminución o distorsión de lo que se dijo originalmente en chino. He seguido de cerca el trabajo de traducción y sé que en ningún momento el contenido fue sacrificado en función del aspecto formal.
La interpretación que ahora presento se basa en algunos criterios:
El primer criterio adoptado fue el de la fidelidad al texto original traducido: toda la interpretación partió antes del texto y no de los dibujos, aunque, en la secuencia, éstos fueran considerados: líneas, trigramas y hexagramas como un todo. La traducción adoptada, de Jorge Vulibrun, fue respetada en su totalidad.
El segundo criterio fue el de la neutralidad: procuré al máximo no emitir opiniones ni conceptos personales; todo lo que se dice se basa en el Yi Jing, no en lo que pienso. Fui tan impersonal como sea posible. Al emitir algún parecer individual, sin embargo, dejé claro que se trataba de mi entendimiento personal, no mezclando las cosas.
El tercer criterio fue el de considerar, en la interpretación de cada línea, la línea para la cual ella cambiaría, si fuese mutante. Este concepto me fue introducido por Jorge Vulibrun que, en sus estudios del Yi Jing, detectó la estrecha relación existente entre las líneas mutantes y sus derivadas. Por lo tanto, no hay necesidad de que el consultante lea, de cada línea mutante obtenida, su viraje: en la interpretación de la línea tomada ya está incluido el significado de la línea para la cual ella cambiaría, en forma de un complemento de alerta, confirmación, amonestación, resultados, etc. El mensaje más fuerte es el de la línea originalmente obtenida, naturalmente; la de la línea derivada es complemento, muchas veces refuerzo, del significado de la primera.
El cuarto criterio fue el de considerar, en la interpretación de cada línea: el hecho de que ella sea abierta o cerrada, su posición dentro del hexagrama y dentro de los trigramas en que se inserta, su relación con las demás líneas del mismo hexagrama, las características de las líneas con que se relaciona y los significados tradicionales de los trigramas a que pertenece y de los trigramas a los que no pertenece, y todo ello de nuevo tras la mutación de la línea. Sin embargo, no he puesto en este trabajo la explicación de todos estos detalles, a fin de no complicar la interpretación con un exceso de informaciones que, por regla general, no interesan al consultante: basta con saber que todos estos factores -y aún algunos otros, esporádicamente - fueron consideraron.
El quinto criterio fue el de redactar un texto claro y fluido. (Motivo por el cual, por lo demás, se suprimieron las interminables explicaciones técnicas mencionadas arriba.) Traté de compensar la complejidad y dificultad del contenido con alguna simplicidad en la redacción, que pudiera resultar en facilidad en la lectura.
BIBLIOGRAFIA
La presente bibliografía se limita a presentar, en orden alfabético, algunos de los libros más o menos relacionados al Yi Jing que fueron conocidos y, en algunos casos, consultados durante la elaboración de esta obra. No atesta, por sí sola, aceptación o concordancia de puntos de vista.
ANTHONY, Carol K. A Filosofia do I Ching. Trad. Lia Alverga-Wyler. 2. ed. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 1989.
BLOFELD, John. I Ching: O Livro das Transmutações. Trad. Ronald Sérgio de Biasi. 13. ed. Rio de Janeiro: Record, s/d.
BRITTO, Ely. I Ching um Novo Ponto de Vista. São Paulo: Cultrix, 1994.
COSTA, Osvaldo Gílson Fonseca. I Ching: Uma Interpretação do Livro das Mutações. 1. ed. Rio de Janeiro: Nórdica, 1980.
DAMIAN-KNIGHT, Guy. O I Ching do Amor: Uma Reinterpretação do I Ching para Relacionamentos Pessoais no Amor e no Casamento. Trad. Louisa Ibañez. 1. ed. Rio de Janeiro: Record, 1984.
FOX, Judy et alii. I Ching Iluminado. Trad. Nair Lacerda. 1. ed. São Paulo: Cultrix, 1985.
HOOK, Diana Ffarington. O I Ching e Você. Trad. Luiz Carlos Mendes Dias. Rio de Janeiro: Objetiva, 1991.
HUANG, Alfred. I Ching: A tradução definitiva para o inglês pelo mestre taoísta Alfred Huang. Trad. Cássia Maria Nasser. São Paulo: Martins Fontes, 2007.
I CHING: O Livro das Mutações, Texto Oracular. Rev. Rubens Jorge e Lília Pinheiro Dias. 1. ed. Rio de Janeiro: Renes, 1972.
JANAÍNA, Adriana. Iniciação ao Tao pelo I Ching. Rio de Janeiro: Record, 1995.
JAVARY, Cyrille. O I Ching: O Grande Livro do Yin e do Yang. Trad. Alayde Mutzenbecher. São Paulo: Pensamento, 1991.
LAO-TZU. Tao Te Ching. Org. Peter A. Merel. GNL, 1995.
LAO-TZU. Tao Te King. Org. e comentários de Richard Wilhelm. Trad. Margit Martincic. 4. ed. São Paulo: Pensamento, 1993.
LEGGE, James. I Ching: O Livro das Mutações. Trad. E. Peixoto de Souza e Maria Judith M. 1. ed. São Paulo: Hemus, 1972.
LYNN, Richard John. The Classic of Change: A New Translation of the I Ching as Interpreted by Wang Bi. New York: Columbia University. Comentários Gerais sobre o Zhou Yi. Trad. Jorge Vulibrun.
MUTZENBECHER, Alayde. I Ching: O Livro das Mutações: Sua Dinâmica Energética. 2.ed. Rio de Janeiro: Gryphus, 2003.
O SEGREDO DA FLOR DE OURO. Org. e comentários de Richard Wilhelm e Carl Gustav Jung. Trad. Dora Ferreira da Silva e Maria Luiza Appy. 2. ed. Petrópolis: Vozes, 1984.
POWELL, Neil. The Book of Change: How to Understand and Use the I Ching. London: Orbis, 1979.
REIFLER, Sam. I Ching: A New Interpretation for Modern Times. 6. ed. New York: Bantam, 1981.
REIFLER, Sam. I Ching: Uma Nova Interpretação para os Tempos Modernos. Trad. Valéria Chamon. 1. ed. Rio de Janeiro: Record, 1994.
ROCCO, Gustavo Andrés. Claves para Comprender e Interpretar el I CHING: El Qué, Porqué, Cómo, Cuándo, Dónde y Quién de Cada Hexagrama. Madrid: EDAF, 2001.
SABEDORIA CHINESA. Org. Dagmar von Berg. Trad. Maria Madalena Würth Teixeira. Rio de Janeiro: Tecnoprint, 1984.
SCHLUMBERGER, Jean-Phillippe. Yi King: Principes, pratique et interprétation. 12. ed. St-Jean-deBraye: Dangles, 1987.
VULIBRUN, Jorge. Comentários técnicos e filosóficos sobre o Yi Jing. Originais inéditos. Florianópolis: 2001.
WILHELM, Richard. A Sabedoria do I Ching: Mutação e Permanência. Trad. Alayde Mutzenbecher. 2. ed. São Paulo: Pensamento, 1991.
WILHELM, Richard. I Ching: O Livro das Mutações. Trad. Alayde Mutzenbecher e Gustavo Alberto Corrêa Pinto. 1. ed. São Paulo: Pensamento, 1982.
YI JING; uma ferramenta para o autoconhecimento. Trad. do chinês para o português Jorge Vulibrum. Originais inéditos. Florianópolis: 2011.
Florianópolis, 4 de noviembre de 2011.
Revisado en 2013.