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HEXAGRAMA 59: DISPERSANDO LA RIGIDEZ

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DICTAMEN

“DISPERSANDO LA RIGIDEZ se ejerce influencia, pero sólo un gran rey tendrá un templo. Conviene cruzar el gran río y conviene insistir”.

Este hexagrama muestra el tema de la consulta en un punto en el que es necesario, útil o conveniente que determinadas estructuras se rompan para que pueda producirse una reorganización, una nueva amalgama de los componentes. Es el proceso de disolver la rigidez en determinados aspectos de la realidad abordada por la consulta, o en la totalidad de ella.

Vale recordar que el tema de la consulta puede ser una persona, un grupo de personas, una situación social, una relación, un comportamiento, un proyecto, en definitiva, cualquier cosa.

Este proceso suele ser un proceso doloroso para el sujeto de la consulta y probablemente para los demás involucrados, ya que interfiere con estructuras o sistemas a los que ya estaban acostumbrados y que, para bien o para mal, les brindaron apoyo y seguridad, funcionaron. Puede implicar la dispersión de bienes y valores, el debilitamiento e incluso el desmantelamiento de relaciones, la frustración de expectativas, la anulación de esfuerzos realizados para un determinado propósito, la dilución de ideas o creencias sólidamente establecidas, la disolución de un bloqueo emocional, etc.

Si la persona acepta la inevitabilidad de la disolución y busca adaptarse o incluso anticiparse a ella, volviéndose flexible cuando sea necesario y adaptándose a las circunstancias, tiene muchas posibilidades de salir adelante, sin mucho sufrimiento.

Si la persona se resiste a adaptarse a la disolución y busca aferrarse a las cosas y mantenerlas exactamente como son (o eran), aferrándose rígidamente a lo que son y a lo que quieren, de forma inflexible y/o intolerante, tiene una fuerte posibilidad de hacerlo mal, tal vez arruinar definitivamente lo que pretendía conservar a toda costa. También puedes experimentar mucho sufrimiento.

En cualquier caso, independientemente de la actitud de la persona, la tendencia es que las cosas se vuelvan a estabilizar en una nueva configuración o en una nueva estructura una vez pasado ese momento de disolución de los puntos rígidos de la estructura actual. Lo que puede provocar una actitud de aceptación o resistencia es una diferencia en el grado de facilidad con la que la persona atraviesa el proceso. A través de una actitud de aceptación, la persona puede incluso influir en el proceso, sin dejarse dominar completamente por él.

Sin embargo, sólo con mucha grandeza interior y con mucha consideración hacia los que dependen de ella, la persona podrá superar la disolución hasta el punto de que, en el futuro, pueda construir una nueva estructura positiva y llegar a ser admirada y venerada, alcanzando una posición destacada entre los que sobresalen. Hay un requisito básico para que el sujeto de la consulta sea bueno para que el asunto salga bien: tiene que estar a la altura de la situación y de lo que la situación requiere de él. De lo contrario, no podrá realizar el trabajo que desea ni desempeñar satisfactoriamente las funciones para las que fue asignado o propuesto.

Incluso en medio del proceso de dispersión, disolución, desintegración o extensión, cualquiera que sea, existen aquellos factores que deben ser mantenidos y preservados, y el sujeto de la consulta debe cuidar de brindar alimento y apoyo a estos factores. Esto lo mejorará y le facilitará la adaptación al momento. No es necesario renunciar a todo y abandonar la cuestión por completo: sería un comportamiento irresponsable, que sólo empeoraría los efectos negativos de la disolución.

En definitiva, lo que se recomienda es promover -o aceptar- una flexibilización de algunos aspectos del asunto de la consulta, y continuar por el camino de los esfuerzos y aspiraciones, realizando o aceptando grandes cambios, alteraciones radicales, pérdidas o rupturas importantes que se impongan o sean necesarios, utilizando todos los medios disponibles.

Se espera la colaboración entre las distintas partes implicadas en la cuestión, pero, repito, sólo una acción decidida y responsable, de una persona que sepa actuar con determinación y flexibilidad, grandeza y humildad, puede crear las condiciones para una reestructuración positiva del situación.

Este es el mensaje básico para cualquiera que haya obtenido este hexagrama. Las líneas obtenidas darán detalles sobre el posicionamiento de la(s) persona(s) ante la dispersión en curso.

IMAGEN

“El viento actúa sobre el agua DISPERSANDO LA RIGIDEZ. Así, los reyes de la antigüedad, para ofrecer sacrificios a lo divino, construían templos.”

Cuando ocurre la dispersión, las cosas y las personas se dispersan hacia diferentes lados. El consejo para la persona que se encuentra en tal situación es no dejarse dispersar, sino buscar su centro, buscar la unidad en medio de la separación.

La dispersión puede resultarnos favorable o desfavorable, según las circunstancias. Si es la disolución de algo que nos bloqueó, nos impidió, es favorable. Si es disolución de bienes, ideas, esfuerzos, afectos, etc., puede resultar desfavorable. En cualquier caso, es un movimiento fuerte, que implica cambios, que no siempre son deseados.

El consejo de la Imagen es que la persona, en medio de la dispersión, busque acercarse a aquello que es inmutable y fuerte, busque sentirse sostenida por una unión que supere todas y cada una de las separaciones. La comunión del individuo con Dios, con lo que representa para él lo inquebrantable, lo seguro, lo inmutable, se presenta como el camino sabio para afrontar las incertidumbres del momento.

Consultar el oráculo en sí es un medio para buscar apoyo, ya que la adivinación es un acercamiento a lo divino, es una manera de penetrar en un conocimiento superior a nosotros, en el que podemos confiar.

El texto de la Imagen da como ejemplo de acercamiento a lo divino y a la construcción de templos, la creación de un tiempo/espacio que favorezca el recogimiento, la reflexión, la concentración en uno mismo y también la congregación de las personas.

En definitiva, la Imagen aconseja a quien haya obtenido este hexagrama buscar la unión y la concentración, a través de la elevación espiritual, para equilibrar la dispersión.

1.ª LÍNEA (6)

“Se salva usando un caballo fuerte, beneficio”.

Esta línea muestra a una persona menos susceptible a la acción disruptiva de la dispersión, no porque sea excepcionalmente fuerte y esté bien preparada, sino porque está más centrada en sí misma y en su mundo personal que en lo que sucede a su alrededor.

Además, mediante la ayuda se libera de las dolorosas dificultades y complicaciones que generalmente acompañan a un momento de dispersión: cuenta o obtiene la colaboración de elementos más fuertes y dinámicos que ella misma.

Así, es a través de sus conexiones, en las que confía íntimamente, que logra escapar de los efectos de la dispersión y continuar en su forma habitual de ser. No sufre cambios negativos, especialmente si ésta fue la única línea mutante obtenida.

Si hay algo rígido y encerrado en sus circunstancias concretas, lo experimenta de una manera tan incorporada a su forma habitual de ser que no lo percibe con claridad, no es consciente de ello.

Asimismo, probablemente no note ningún peligro u obstáculo que pueda estar cerca de ella.

Si la consulta es cómo afrontar cualquier situación, la respuesta es: con la ayuda de alguien más fuerte. Y tiene que buscar - y aceptar - ayuda para sí mismo, no tiene sentido preocuparse por los demás ahora.

2.ª LÍNEA (9)

“Dispersado, se retira en su apoyo y el remordimiento desaparece”.

Esta línea muestra a la persona que ni opone resistencia ni se involucra en el proceso de dispersión en curso, sino que huye de él.

Ella logra escapar refugiándose en una posición más oscura y reservada, pero más segura, con quien sea que le brinde apoyo y cobertura.

Al principio la persona siente cierta culpa por esta actitud, pero luego acaba calmándose y el arrepentimiento desaparece.

Sin embargo, la permanencia prolongada en esta posición de incertidumbre y no compromiso, buscando sólo la propia seguridad y protección, puede resultar vergonzoso, ya que es, quizás, inferior a lo que merece y podría desarrollar.

3.ª LÍNEA (6)

“Dispersa tu cuerpo, sin remordimientos”.

Esta línea muestra a la persona completamente expuesta a la acción de elementos dispersivos: está volteada hacia afuera, hacia lo que sucede a su alrededor, sin pensar en sí misma. Involucrada en el trabajo, dificultades o peligros, y tratando de superarlos, acepta la descentralización que le afecta personalmente o la realidad enfocada por la consulta.

Al ser esta la conducta que exigen las circunstancias, es acorde al momento y no genera sentimientos de culpa, arrepentimiento o remordimiento.

Sin embargo, a pesar de que en sus acciones la persona se somete y se adapta, "bailando al son de la música", su voluntad y decisión de actuar según las circunstancias externas se agota rápidamente, al no encontrar un eco legítimo en su interior. Puede cansarse de someterse y comenzar a expresar su descontento con palabras mediante reclamaciones y quejas, que no darán resultado. Esto es especialmente cierto si ésta fue la única línea mutante obtenida.

4.ª LÍNEA (6)

“Dispersar un grupo tiene beneficios fundamentales porque dispersando se acumula y normalmente no pensamos en ello”.

Agente activo del proceso de dispersión en curso, el sujeto de esta línea se separa de su grupo o disuelve el grupo al que pertenece, probablemente un grupo con una estructura ya cristalizada y acostumbrado a actuar de una determinada manera.

Esta acción radical produce resultados positivos, por dos razones: primero, porque abre espacio para nuevas configuraciones de un mismo grupo o para la formación de nuevas agrupaciones, más ricas y fructíferas; segundo, porque le da al sujeto libertad para actuar por sí mismo.

Con esta actitud revela su valor y su capacidad de predecir, pues ya ve y prepara, en el presente, la consecuencia futura de la acción actual, que sería la reversión de la dispersión, de la acumulación.

En el caso de las relaciones, el oráculo recomienda la disolución y consiguiente liberación de los vínculos rígidos, para permitir su renovación o la formación de nuevos vínculos, lo que requiere valentía y grandeza de alma por parte del sujeto de esta línea.

Teniendo en cuenta la posibilidad de que esta acción genere ahora disputa, el sujeto debe tener la flexibilidad de retroceder y volver atrás, si es necesario, sin renunciar a lo que quiere, sino insistiendo sutil y tranquilamente, sin rigidez, porque, al fin y al cabo, él no pierde nada.

5.ª LÍNEA (9)

“Se dispersa, sudando y gritando fuerte; dispersándose, el rey permanece sin error”.

Esta línea muestra la dispersión que se produce por obra y esfuerzo del sujeto de la consulta, o por orden trascendental de una autoridad superior a él.

La dispersión se produce a bombo y platillo y, probablemente, con gran sufrimiento para la persona y/o otros afectados, según sea autor o víctima del proceso, o ambos. En cualquier caso, ella no pide ayuda ni huye: asume la situación y trabaja, ya sea para implementar el movimiento -si es el agente- o para armonizar sus efectos -si es la víctima-.

Así, a la dispersión le sigue inmediatamente una reestructuración de la realidad focalizada por la consulta, y los espacios son ocupados nuevamente, en una nueva configuración de elementos.

A pesar de las turbulencias, el trabajo y el dolor que puedan surgir por estos acontecimientos, se encuentran dentro de los límites de la corrección y de las normas vigentes.

Por otro lado, la disrupción ocurrida resalta la fragilidad y el desconocimiento del sujeto de la consulta respecto del tema que nos ocupa y, como resultado, comienza a sentir la necesidad y la voluntad de aprender, de evolucionar. Para ello hay que desarrollar cierta modestia, de modo que pueda reconocer su ignorancia o ingenuidad y aprender lo que no sabe. Debe hacerlo con dedicación, desarrollando dentro de él la grandeza que le permitirá, en el futuro, ser digno de admiración y reverencia.

6.ª LÍNEA (9)

“Esparciendo su sangre, se marcha, se aleja, se va sin culpa”.

Tanto si el proceso de dispersión está en pleno desarrollo como si ya ha finalizado, la persona a la que se refiere esta línea no debe intentar detener el curso de los acontecimientos, no debe intentar retener nada, no debe mantener rigidez alguna respecto del tema de la consulta. Debe, por el contrario, abandonar el tema, abandonar el tema, alejarte, de lo contrario sufrirá un daño importante si no lo hace.

Aunque puede tener algunas dudas sobre si realmente esta es la actitud correcta, el Yi Jing dice que no hay ningún error, que dejar que los lazos con lo que la frenaba o la preocupaba se disuelvan por completo significa separarse de lo que le hace daño. Es más: si no lo hace, corre el riesgo de hundirse y quedar atrapado en una situación compleja, incómoda y oscura, de la que tendrá una salida difícil y que llevará mucho tiempo.

Por otro lado, esta dispersión actual, aunque necesaria o inevitable, puede causar sufrimiento y limitaciones a la persona, que luego debe aprovechar la oportunidad para profundizar el examen de sí misma y del tema de la consulta.