HEXAGRAMA 29: ENTRENANDO EN EL ABISMO
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DICTAMEN
“ENTRENANDO EN EL ABISMO: influye al tener confianza y controlar la mente; tus acciones serán respetadas”.
La obtención de este hexagrama al consultar el oráculo significa que el sujeto de la consulta ya se encuentra o está a punto de entrar en una situación potencialmente peligrosa o limitante, oscura, tortuosa, de la que no se puede distinguir el final. Lo que se sabe es que se está en medio de esto y que las perspectivas son profundizar cada vez más. Esta situación puede ser tanto objetiva como subjetiva. También puede ser una posibilidad futura sobre la que el Yi Jing intenta advertirnos, o puede ser una explicación de hechos que ya sucedieron, dependiendo de si la pregunta formulada nos lleva al futuro o al pasado.
Por lo general, los acontecimientos suceden rápidamente y la persona se involucra cada vez más, sin tener en qué apoyarse y sin poder detener el proceso. El peligro (potencial) y el miedo (real) son los componentes de la situación con la que uno tiene que lidiar. Uno u otro empuja a la persona a avanzar impetuosamente o a detenerse: ninguna de las dos actitudes es correcta. La actitud correcta es el progreso diario, cauteloso y constante, basado en la experimentación y las pruebas, repitiendo los pasos correctos y evitando los incorrectos, hasta ganar confianza en un procedimiento y adoptarlo. Esta es la mejor alternativa para vivir el momento, ya que generará confianza en sus propias capacidades, fortaleciendo la mente y la voluntad. A partir de entonces, la persona puede influir en la situación mediante una acción eficaz, por lo que tendrá muchas posibilidades de ser respetada.
Obtenido por sí solo, este hexagrama, además de lo dicho anteriormente, también puede indicar que lo que se tiene a la vista no será más que un ensayo, promesa, expectativa o entrenamiento, que tendrá cierta validez para el desarrollo personal del sujeto de la consulta, pero básicamente seguirá siendo un movimiento incubado e introvertido, que nunca florecerá, se materializará ni se expandirá en el mundo. Es decir, con poca aplicación o resultados prácticos.
En el aspecto del autoconocimiento, podemos ver, en el hexagrama 29, una representación del espíritu aprisionado en el cuerpo, el yo asfixiado por el mundo, la voluntad subyugada por las circunstancias, el sentimiento encerrado en el corazón. Se trata de condiciones en principio insatisfactorias, que alientan la búsqueda de alivio y plenitud, y donde el peligro reside precisamente en la posibilidad de no obtener la liberación y permanecer confinado dentro de los muros de la propia incompletud e insatisfacción. Entonces el miedo es precisamente el de intentar liberarse: es el miedo de ver lo que hay del otro lado, el miedo de afrontar el mundo, las circunstancias, la reacción del otro.
Así, si la pregunta planteada al oráculo se centra en la propia persona, la obtención de este hexagrama puede constituir una invitación a la introspección, a un autoanálisis que involucre al menos los factores antes mencionados: la condición existencial humana y la influencia del entorno como facilitador u obstaculizador de las manifestaciones personales, del cumplimiento de la voluntad y de la expresión de los sentimientos.
En este caso, el oráculo está diciendo que hundirse un poco en el abismo que somos cada uno de nosotros y ejercitar nuestra percepción dentro de ese abismo puede ser un entrenamiento útil para un mejor desempeño en relación al tema de la consulta, pero no se dice que se tendrá éxito en esta tarea: al final del análisis, el abismo puede seguir siendo tan insondable como al principio.
No existe una predicción explícita de un resultado bueno o malo de la situación. De hecho, no se prevé un resultado, un final: parece que, en estos momentos, el proceso de examinar la situación, ensayar los procedimientos, ganar confianza, superar el miedo y empezar a actuar es más importante que saber exactamente dónde va a llevar la acción.
En definitiva, se podría decir que el desarrollo del tema de la consulta implica la necesidad de afrontar realidades sombrías (quizás tenebrosas), profundas, aterradoras, potencialmente peligrosas, en las que tememos penetrar, al no saber exactamente hacia dónde nos conducirá ese camino. Si existe la opción de otro camino, más claro y más suave, sin duda el consultante, si puede, debe buscarlo, evitando el anterior. Si no hay alternativa, queda el consuelo de que atravesar esta difícil realidad constituirá un ejercicio muy útil para la vida del sujeto de la consulta, por los conocimientos allí adquiridos y la confianza en sí mismo que se derivará de ese conocimiento y el hecho de haber entrenado en el abismo.
Como esta actividad consume mucha energía, de todo tipo, es recomendable que, a medida que profundice y se ejercite, la persona se aprovisione adecuadamente de todo lo necesario para mantenerse en condiciones de afrontar retos y dificultades.
IMAGEN
“El agua fluye y llega [a su destino] ENTRENANDO EN EL ABISMO.
Así, el sabio actúa con virtud constante y en sus actividades practica las enseñanzas”.
El oráculo nos reveló que estamos ante una realidad inhóspita y oscura, que tenemos que atravesar sin ver el final, sin estar seguros ni de a qué nos vamos a enfrentar ni de dónde vamos a llegar. Ante esto, se debe seguir paso a paso, buscando siempre, como el agua, el camino de menor resistencia para pasar, sorteando obstáculos o esperando crecer lo suficiente para superarlos, frenando cuando falta energía, acelerando cuando encuentra facilidades, pero nunca parando, sin rendirte, aprendiendo el camino con la práctica.
El consejo de la Imagen es que, además de aprender haciendo, se reutilice ese aprendizaje en nuevas acciones y en la vida en general, donde pueda ser útil.
Como la utilidad sin virtud es vil, algo indigno de una persona verdaderamente humana, el Yi Jing recomienda que todo, siempre, se haga de acuerdo con elevados principios morales y apuntando a fines elevados.
1.ª LÍNEA (6)
“Entrenando en el abismo, entras en un agujero en el fondo del abismo, pérdida”.
La situación ya no es buena para el sujeto de esta línea y, al intentar salir del apuro, o simplemente comprender lo que sucede y situarse mejor, obtiene el efecto contrario al que deseaba y se hunde aún más, enredándose en la confusión y la dificultad.
Quizás esto sucedió porque quiso seguir el ejemplo de los demás, de sus allegados, que avanzan con decisión a pesar de las circunstancias adversas. Si aún no ha sucedido, debe evitar en la medida de lo posible cualquier movimiento, ser lo más discreto posible, esconderse, porque las perspectivas no son favorables.
La persona a que se refiere esta primera línea no tiene fuerzas propias, ni apoyo de otros, ni experiencia suficiente en la materia para poder liberarse. Está tan involucrada en problemas, tribulaciones o cosas así que es incapaz de ver el panorama completo, de orientarse, y mucho menos puede ver una salida plausible. Es por eso que cualquier movimiento que haga la hundirá cada vez más profundamente.
En tales circunstancias, la tendencia de la persona es permanecer en un ámbito de acción limitado, dentro de lo conocido y seguro, y donde tiene relaciones que lo apoyan. Quizás piense que esto no es suficiente, pero es lo que más le conviene, sobre todo para evitar meterse en complicaciones.
2.ª LÍNEA (9)
“En el abismo hay peligro, solo se buscan pequeñas ganancias”.
Al encontrarse en una situación de riesgo e inseguridad, donde no hay una visión clara del conjunto ni la posibilidad de una salida fácil y rápida - como se quisiera - ni un apoyo o asistencia fuerte desde el exterior, la persona debe limitarse a hacer sólo pequeños avances en la dirección deseada, contentándose con lo poco que puede conseguir.
Tiene que ceñirse a lo que está a su alcance, tanto en términos de relaciones como de logros, actividades, bienes materiales, posibilidades en general. Para llegar a lo lejano, la persona tendría que superar el abismo que le separa de esas cosas, y ésta es una tarea difícil y que requiere mucho tiempo, no por ahora.
Para el futuro, la recomendación es que la persona no desista de sus metas y que, aunque aún no pueda alcanzarlas, trate de mantenerlas ardiendo en su interior, así como fortalecer las conexiones con los elementos que la sustentan, así como esto ayudará a su progreso en el tema de la consulta.
3.ª LÍNEA (6)
“Ir y venir de abismo en abismo, hasta el cuello en peligro, entrar en un agujero en el fondo del abismo, eso no sirve de nada”.
En las circunstancias actuales no hay salvación posible para la persona de la tercera línea. Cualquier cosa que tenga en mente, no debe hacerlo. Su situación es sumamente peligrosa, desfavorable, negativa: hay obstáculos y peligros por todas partes, y ninguna ayuda válida.
La persona debe concentrar toda la energía que tiene en mantenerse en su posición -por muy precaria o insatisfactoria que sea- en tratar de mantenerse en la superficie y no zozobrar, no hundirse más. El riesgo es grande. Cualquier acción acaba siendo inútil, ya que no consigue sacarla de la situación problemática.
Lamentablemente, de cara al futuro, aunque las cosas tienden a calmarse, la persona de esta línea seguirá sin poder actuar en la máxima medida de sus posibilidades, por falta de una determinación clara, ya sea por parte de ella o de los otros. Esto es especialmente cierto si ésta fue la única línea mutante obtenida. Si hay otras líneas, con otras opciones, esto sirve como aviso de una dirección que no se debe tomar.
4.ª LÍNEA (6)
“Una tinaja de vino y un cuenco, hechos de barro, regalos frugales [que le ayudan] a iluminarse y acabar sin errores”.
Esta línea indica que la persona comienza a tener alguna posibilidad de salir de la situación problemática.
En primer lugar, no se encuentra en su punto más bajo en lo que respecta al tema tratado en la consulta. Se encuentra en un punto medio, pero aparentemente sin muchas esperanzas o expectativas de seguir subiendo, ya que no tiene fuerza personal ni social para imponerse.
Como resultado, se vuelve, o debería volverse, receptivo a lo que viene del exterior, generando una buena relación con alguien o con el entorno en general.
A través de esta relación le llega alguna pequeña ayuda, material y mental, cosas sencillas que la persona de la cuarta línea también recibe sin grandes expectativas.
Esto la lleva a comprender su situación y la ayuda a no cometer errores al intentar sobrevivir a este período difícil y oscuro.
Sin embargo, no es todavía cuando se produce la solución, la liberación o la realización: la persona todavía tiene por delante un período de sufrimiento y carencia antes de llegar al punto deseado.
5.ª LÍNEA (9)
“El abismo no se ha llenado, sólo cuando se aplane no habrá error”.
Al estar, respecto al asunto de la consulta, en un puesto de alto nivel o responsabilidad, la persona a la que se refiere la quinta línea necesita mucho para resolver plenamente la cuestión planteada al oráculo. Esto no es fácil de lograr, sobre todo porque hay factores que no dependen de ello. A pesar de ser firme, equilibrada y decidida, la persona es incapaz de imponerse y la influencia de su voluntad no se extiende a todo su entorno, restringiéndose a los más cercanos y/o maleables.
La predicción es que todavía habrá tropiezos en el camino y que sus intentos por superar las dificultades la llevarán a cometer errores. Existe la posibilidad de que estos errores se deban a la falta de comunicación con los demás y a una tendencia a ensimismarse o centralizarse, queriendo decidir y resolver todo sola. En el presente caso, esto no puede funcionar, porque la persona de la quinta línea no tiene una visión integral y clara de la situación y sus posibles soluciones y, por tanto, necesita tener acceso a otros puntos de vista además del suyo para encontrar soluciones, y no existe tal cosa: hay como un abismo entre ella y los demás, y la plenitud deseada aún está fuera de su alcance.
El Yi Jing enseña que la salida a esta situación es la nivelación. Es decir, la persona tiene que salir de su situación actual y de su aislamiento e intentar unirse a los demás, ponerse al nivel de los distintos componentes de la situación y, a partir de ahí, formando un cuerpo homogéneo y solidario con ellos, debe mirar por una salida juntos, incluso si esto significa aprender a aceptar las ideas y quizás las órdenes de los demás, actuando juntos en lugar de deliberar solos.
Otra opción sería no hacer nada, simplemente esperar a que la situación se resuelva por sí sola, sin intentar influir en ella ni ahora ni más adelante.
Ambas actitudes tienden a funcionar, a su debido tiempo.
6.ª LÍNEA (6)
“Atado con cuerdas fuertes, aprisionado en un denso bosque, durante tres años no logra nada, pérdida”.
Se pueden distinguir tres posibles interpretaciones de esta línea:
- La persona a la que se refiere la línea, en el momento allí presentado, ya ha salido o ya podría salir de la situación peligrosa y limitante prevista por este hexagrama, sin embargo, por estar involucrada en una relación, permanece enredada, obstaculizada, Sin la fuerza para liberarse, sin discernir adecuadamente lo que está sucediendo y, naturalmente, así sometido, no puede lograr nada bueno para ella ni para los demás: no avanza, simplemente vive esta experiencia negativa con sufrimiento.
- La persona aún no ha salido de la situación problemática, ni podrá hacerlo en mucho tiempo, porque, además de encontrarse, por lo general, en circunstancias potencialmente peligrosas e inhóspitas, donde la tendencia es hundirse cada vez más sin ver con claridad una salida segura, además está debilitada, con sus movimientos obstaculizados y sus perspectivas completamente cerradas, de modo que ni siquiera puede intentar salir. De esta manera no podrá lograr nada, ni grande ni pequeño.
- La persona está paralizada por el miedo, dominada por el aspecto aterrador de las circunstancias, por lo que no puede hacer nada mientras los problemas acechan a su alrededor. De hecho, con un pequeño pero profundo movimiento podría liberarse, pues ya pasó por lo peor. Los motivos que frenan a la persona en este momento pueden ser: debilidad personal, falta de buenas relaciones de apoyo o no ver salidas alternativas. Para poder liberarse tendría que tener confianza en sí misma y en los demás y seguir adelante, incluso sin estar segura del resultado.
Corresponde al consultante verificar en cuál de estos casos cae el tema de la consulta.
De cualquier manera, su situación no es buena y requiere coraje y confianza para superarla. La superación, parece, será posible si la persona, en cualquier momento, rompe las ataduras, aunque para ello tenga que adoptar actitudes radicales y entregarse enteramente a ese objetivo sin escatimar esfuerzos, incluso a riesgo de sufrir algunas pérdidas personales. Si hay que hacer esto, la persona debe hacerlo y no sentirse culpable, porque es lo correcto.